Analizando el desarrollo externo

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Encajando pieza de puzzle

Cuando hablamos del desarrollo externo, encontramos distintos motivos que lo justifiquen. Se puede decir que difícilmente es un único factor el que motiva los procesos de desarrollo externo, sino más bien una combinación de algunos de estos factores. Las industrias en las que en los últimos años se vienen dando con mayor frecuencia fusiones, adquisiciones o alianzas entre empresas son aquellas en las que se da alguna de las siguientes circunstancias:

– Presentan escasa diferenciación en sus productos

– Tienen problemas de sobrecapacidad productiva instalada

– Los niveles de investigación exigen costes crecientes

Dimensiones mínimas de I+D

– El riesgo de los cambios tecnológicos incita a compartir los riesgos

Ventajas e inconvenientes del desarrollo externo

Al ser el desarrollo interno y externo formas alternativas, las ventajas de uno son los inconvenientes del otro. Existe una estrecha relación entre los motivos que justifican el desarrollo externo y las ventajas:

– El desarrollo externo es más rápido que el interno, ya que se incorpora inmediatamente la capacidad productiva de la empresa integrada, sin tener que esperar el periodo de maduración

– El desarrollo externo ante procesos de diversificación no relacionada o internacionalización facilita la entrada y reduce el riesgo del crecimiento

– El desarrollo externo puede permitir una mejor selección del momento adecuado en el que entrar a una industria o aun país

– En las industrias maduras suele ser más fácil introducirse mediante desarrollo externo ya que no se altera el tamaño total de la industria

Tipos de desarrollo externo

La fusión de empresas: integración de dos o más empresas de forma que desaparezca al menos una de las originales

La adquisición de empresas: consiste en una operación de compraventa de paquetes de acciones entre dos empresas, conservando la personalidad jurídica cada una de ellas

La cooperación o alianzas entre empresas: supone una fórmula intermedia, se establecen vínculos y relaciones entre las empresas, pero sin pérdida de personalidad jurídica de ninguno de los participantes, que mantienen su independencia jurídica y operativa

En función del tipo de relación que se establece entre las empresas se pueden clasificar en: horizontales (cuando las empresas son competidores entre si y pertenecen a la misma industria), verticales (cuando las empresas están situadas en distintas fases del ciclo completo de explotación de un producto) y conglomeradas (cuando las empresas tienen actividades muy distintas entre si).

Archivado en Adquisición, Alianzas, Cooperación, Desarrollo externo, Empresas, Fusión
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