Probablemente, aquellos que habéis ya visto las estadísticas del paro del recién cerrado mes de abril no os habréis llevado grandes sorpresas. Aunque al actual ejecutivo parece que sí le han sorprendido. Contrariamente a todas las declaraciones que se han hecho desde el ámbito político sobre el tema, los indicadores objetivos de los datos del paro a abril de 2014 indican que el efecto positivo ha sido por la contratación de Semana Santa y por los primeros contratos que se realizan de cara a la temporada estival en lugares como Canarias. Es decir, tenemos menos paro que en el mes pasado, pero los números no indican una mejoría como para echar cohetes.
Si nos quedamos con ellos, los cuales puedes consultar aquí, nos encontramos con que hay 111.565 desempleados menos. Y que el total de parados se queda tras esta nueva estadística en 4,64 millones. Y pese a que ese número de parados totales sea preocupante, porque es el más alto desde que comenzó la crisis, y además parece endémico, lo peor aún estoy por contarlo a continuación. Y es precisamente esa prueba de oro de que no estamos generando empleo todavía, sino simplemente cubriendo las necesidades del sector turístico que por lo general apuesta a un empleo temporal y no siempre bien pagado.
La buena noticia es que la contratación fija, en parte por los contratos nuevos que la subvencionan, sube. Se sitúa en un 24,2% más respecto al anterior período. La mala, aún con todas esas medidas que se anunciaron a bombo y platillo, el porcentaje de empleos fijos sobre ese total de empleos creados no alcanza ni siquiera el 10%.
Si a todo lo anterior le sumamos que abril ha sido un mes en el que históricamente se reduce el paro, y en el que pocas veces cae Semana Santa, y que éste año han confluido ambos factores, puede que haya muy poco que celebrar. Aún queda mucho trabajo por delante en materia de empleo.
Imagen: Carlos Delgado
