La crisis ha llevado a los españoles a cambiar de forma radical sus hábitos de consumo. De hecho, pasamos de preferir las primeras marcas del mercado, a acabar por conformarnos con las marcas blancas en muchos casos a regañadientes. Ahora que ya se han implantado, parece que algunos consumidores incluso han sido fidelizadas por ellas, que ya no solamente se centran en “copiar” al original, sino que en muchos casos apuestan también por innovar con productos únicos.
Pero parece que lo que nació como una manera barata de conseguir hacernos con nuestros productos preferidos, acaba de convertirse en un gigantesco negocio para los supermercados. De hecho, la fidelidad de algunos consumidores, y el margen que les queda con respecto al precio de venta de las marcas líderes es la diferencia que permite que ocurran cosas como las que hoy son noticia: El precio de las marcas blancas sube, mientras que las marcas líderes del mercado caen.
Éste es el resultado de uno de los últimos estudios llevados a cabo sobre economía doméstica en la OCU, y pareciera que en realidad la tendencia es a mantenerse o a acercar las diferencias de precio a las marcas líderes, dado que las primeras siguen cayendo. De momento, el precio estándar sigue siendo superior, pero las muchas promociones y descuentos por los que han tenido que optar hace que las diferencias sean cada vez menores. Pero al no recuperarse la economía y el consumo interno, las primeras marcas siguen en picado en cuanto a ventas; mientras que las otras no solo se mantienen, sino que crecen.
Habrá que esperar a que el mercado vuelva a su situación normal para saber si finalmente nos vamos a mantener en lo de adquirir lo que tiene mejor precio, o volveremos a caer en la conducta “marquista” que un día nos caracterizó.
Imagen: Sento
