Sobre el empleo en negro y la economía en B se ha hablado muchas veces. Pero el tema, sigue estando en el candelero por los muchos informes que aparecen puntualmente acerca de cómo ésta afecta al sistema en general. En este caso, hemos conocido el último que hace referencia al fraude en el que incurren los talleres de coches ilegales, y los números saltan a la vista.
No es fácil sumar 230 millones al año a Hacienda que defraudan los talleres que se quedan al margen de la ley. Si tenemos en cuenta que se calcula que el 20% del total están contabilizados como talleres no legales, nos salen fácilmente unos 10.000 repartidos por toda España. Y con ellos el daño es muy importante, tanto para Hacienda, como para otros que deben competir en desigualdad de condiciones por hacer las cosas bien, tal y como explicamos a continuación
Los talleres ilegales no solamente dejan a las arcas del Estado con los números en negativo, porque 230 millones de euros menos para la Agencia Tributaria son en realidad un buen número con el que se podrían hacer muchas cosas. Y aunque puede que las estimaciones no sean exactas, sí que es verdad que dentro del sector la preocupación por la economía sumergida va en aumento.
Se trata en todo caso de una fuerte competencia desleal que estos talleres ilegales le hacen a los talleres de verdad, a los que son un lugar público que paga impuestos, que asume nóminas y que ha visto disminuidos sus clientes por el hecho de que en realidad pueden cobrar menos, y además ofrecer a sus clientes servicios que no se incluyen por ley dentro de los permitidos, como por ejemplo trabajos fuera del horario laboral. Y eso, en tiempos de crisis es un duro trago para el honesto y el que hace las cosas bien.
Imagen: Daniel Lobo