Los problemas que sufren algunos países europeos, sobre todo en el caso de España, asustan a otros que ven como su panorama es precisamente inverso. De hecho, pensar en un paro del 24% en la población activa como le ocurre a España, es algo que a ningún europeo se le ocurre que pudiese pasar en sus fronteras sin que se produjese un verdadero estallido social. De hecho, sus diarios hablan muchas veces de cómo éste estaría a punto de llegar a España, pero nunca lo hace. Es comprensible hasta cierto punto dicha incromprensión hacia lo que nos pasa si tenemos en cuenta sus condiciones de vida, y detalles como por ejemplo que Alemania va a batir un nuevo récord de desempleo, aunque a la baja. Es decir, los germanos pueden presumir de acabar con el paro dentro de sus propias fronteras.
De hecho, el porcentaje de desocupación ha sufrido una caída en noviembre de 14.000 personas. Eso significa que este mes ha sido muy positivo a la hora de contar el desempleo alemán, en el que se registran actualmente 2,7 millones de personas. Aunque la cifra puede parecer alta, hay que recordar que Alemania es un país enorme, y tiene una población del doble de la española. Con todo ello, y las cifras actualizadas eliminando los datos de estacionalidad, nos encontramos con que el porcentaje de desempleo alemán se sitúa en el 6,6%. Eso implica que se ha mantenido en el tiempo, o que ha caído ligeramente, pero con ello, es la mejor cifra de los últimos 20 años.
Eso sí, aún pese a que en Alemania el desempleo no sea un problema, si lo es el trabajo precario, con sus criticados minijobs. Precisamente por ello, y por la presión de sindicatos y socialdemócratas, el próximo año se instaurará, por primera vez en su historia el salario mínimo. Veremos si con éste se incentivan o no cambios en su mercado.
Imagen: Lali Masriera
