Economía sumergida. Trabajar en B. Empleos en negro. Llámese como se le llame, parece que junto al paro, se ha convertido en uno de los principales problemas de España. De hecho, las últimas cifras nos indican que ésta ya supone un 18,6% del PIB total del país, alcanzando la cifra de 190.000 millones de euros. Antes de que nos anticipemos a echarle la culpa al ciudadano por no cotizar ciertos empleos, o por cobrar horas sin estar en nómina, el mismo informe advierte que la mayor parte de esa economía sumergida se debe a la incesante corrupción que reina en nuestro país.
Si se echan las cuentas, y se lograse aflorar a todo ese empleo que hay por debajo de esa capa social, según los autores del mismo informe, en este caso la empresa Randstad, lograríamos crear nada menos que tres millones de empleos. Eso supondría que se acabarían dos de nuestros grandes problemas: corrupción y paro. La cifra de este último, con el ajuste que ellos calculan se quedaría en el 12% del total, eliminando así un 60% de los desempleados con referencia a la actual cifra del 23% de desempleo. ¿Suena bien, verdad?
Si nos comparamos con otros países europeos, España vuelve a estar en las primeras posiciones con respecto al tema del porcentaje total sobre el PIB que supone la economía sumergida. De hecho, tan solo nos superan tres países, y todos ellos pertenecen a Europa del Este. Se trata, con sus respectivos porcentajes, de Bulgaria (31%), Rumanía (28%) y Hungría (28%). Sin embargo, para luchar contra este tipo de empleo en B, hace falta una política de impuestos menos restrictiva a la actual y que facilite las cosas al ciudadano de a pie, así como a las empresas que pretenden contratar. Y de momento, hemos hecho muchas reformas, pero ninguna en ese sentido. Al menos no para todos los actores económicos que forman parte de la economía nacional.
Imagen: Juanjo R
