Probablemente para nosotros, los españoles que hemos creado la palabra que da igual en qué idioma se hable todos conocen, la siesta sea algo poco productivo. Al fin y al cabo, es un rato que dedicamos a dormir. Es algo que consideramos placentero. Y es un hábito que nos quita tiempo para otras cosas. Pero en el resto del mundo, eso de la siesta parece gustarles tanto que saben hacer negocio con él. En Tokio y en París hay bares en los que se toman siestas. Literalmente pensados para que uno vaya allí, y abone la cuenta por dormir. Por relajarse un rato. Y ahora, estos llegan también a Bruselas, muy cerca de dónde está el Parlamento Europeo.
La idea, que si bien no es innovadora en el sentido de que ya existe en otros países, parece haber copado la atención de varios diarios. Y es que eso de pagar por dormir no acaba de cuadrarnos. Pero así es. Dentro del recién inaugurado local en la capital belga, uno puede decidirse por tarifas que van desde los 7 euros por la sesión de 15 minutos más simple, hasta los 15 euros que cuestan los 20 minutos más complejos y con más tratamientos. Además, hay un abono para los que acaben por encontrar en la siesta la fuente de toda su inspiración diaria. En ese caso, pagaremos por 120 minutos, 88 euros.
Y aunque nos pueda sonar un poco a chiste lo del negocio de la siesta, los estudios, investigaciones y pruebas llevadas a cabo en empresas demuestran que descansar entre 15 y 30 minutos es positivo para la productividad. Así que, esos minutos, no estarían perdidos, sino invertidos en trabajar más y mejor. Supongo que será una cuestión de costumbres, y también de puntos de vista culturales, pero con los horarios que tenemos en España y por nuestra manera de entender la siesta, no creo que pudiésemos hacer negocio con ello ¿O sí?
Imagen: Torpe
