Las fuerzas sociales y las políticas vuelven a chocar. Se acerca el final del año, y los objetivos parea el siguiente de unos y otros parecen estar más lejos que nunca. Si la propuesta de los dos grandes sindicatos españoles para alcanzar los 800 euros de salario mínimo era inviable, la que pretenden hacer modificando la nueva ayuda para parados de larga duración que tiene en mente el gobierno, parece serlo en la misma medida.
De hecho, como llevamos unos meses escuchando, el gobierno prepara un nuevo plan de subsidios para parados que hayan agotado todas las prestaciones posibles. En éste, se cobrarían de máximo 450 euros, y de mínimo una cifra que no subirá demasiado de los 400 por un total de 6 meses. La ayuda no sería prorrogable, se daría prioridad a los parados con familiares (más de 3) a cargo y además, se plantearía como condición necesaria estar al menos 12 meses sin recibir ningún otro tipo de prestación.
Los sindicatos se oponen, y advierten de que podrían convocar a la gente a las calles, ya que si no lo hicieron hasta ahora fue por esa promesa de una nueva ayuda. Las principales razones de la oposición son las relativas a la duración de la ayuda, al hecho de que haya que estar 12 meses desprotegidos para poder tener derecho a ella, y también que con las condiciones impuestas por cargas familiares, tan solo 300.000 beneficiarios podrían utilizarla, en lugar del medio millón que las fuerzas sociales habían previsto inicialmente.
Está claro que por lo poco que sabemos de este subsidio de paro de 450 euros, las restricciones vuelven a ser la máxima, y si se tiene en cuenta que son muchas las personas que no tienen prestación, y que tampoco encuentran trabajo porque los servicios de empleo son un verdadero desastre, y porque la crisis continúa, creo que habría que negociar mucho, e intentar algo que sea realmente para el bien común, y no quitarse el problema de encima al coste más bajo.
Imagen: Fernando Reyes Palencia