La falta de empleo en España, y la escasa rotación que se produce por una creación de trabajo precaria y temporal, hace que muchos sean los que piensan en hacer las maletas, y que muchos ya las hayan hecho para embarcarse en una aventura que nuestros abuelos ya emprendieron en su momento. Las condiciones son distintas. Las razones diversas. Pero no deja de ser una emigración por trabajo que hace daño a las familias, pero más daño hace al futuro de España. Tenemos un gran problema, del que poco se está hablando, y las consecuencias, no van a tardar mucho en aparecer a nivel general.
En los últimos 6 meses, han sido 50.000 personas las que han dejado España en busca de un empleo. Uno que les de para poder vivir dignamente. La mayoría de ellos son jóvenes y están formados, aunque existen también otro tipo de perfiles que se cansaron de esperar. Teniendo en cuenta que en esos últimos seis meses la tesis del gobierno es que España está mejor, no parece que si sumamos la emigración de los últimos años vayamos a obtener gran alivio. No hace falta sino comprobar las cifras del INE para darse cuenta de lo que nos ocurre. España tiene 46.464.053 habitantes a 1 de julio de 2014, y ésa es la cifra más baja en cinco años.
Cuando ponemos los datos de inmigración y emigración unidos es cuando entendemos mejor lo que ocurre. Durante el primer semestre de 2014, nos hemos encontrado con que 206.492 personas dejaron el país. Por otro lado, 156.066 inmigraron a España. Tenemos con ello el saldo negativo del que hablábamos anteriormente. Durante 2013, el saldo negativo fue de 109.636 en el segundo trimestre, y de 141895 en el primero de ellos. Parece que se ha reducido la diferencia entre los que se van y los que vienen, pero desde luego, es una sangría que continúa siendo negativa, y hasta que no consigamos pararla, el problema de la población no se frenará. Y en el medio plazo ya es grave, imaginemos en el largo plazo…
Imagen: Unai Guerra
