La bajada del petróleo es noticia a nivel mundial. Y no parece que el escenario vaya a ser muy diferente al actual en un período breve de tiempo, al menos, nadie se espera que eso suceda porque los grandes productores de la OPEP ya acordaron mantener la producción para frenar la extracción conocida como fracking con la que EE.UU lideraría el mercado dejando de ser uno de los importadores más importantes. Pero esa rebaja, al menos en España, apenas la hemos notado al repostar, y de eso se queja hoy el ministro de Hacienda, esperando que las petroleras y distribuidoras bajen el precio.
En realidad, ya hemos visto como el caso de España es uno de los pocos que existen. En nuestro país, con las subidas del petróleo, los precios se han disparado, pero cuando éste baja, el consumidor no lo nota en el bolsillo. Tanto, que si hace unos meses lo habitual es que en la frontera con Portugal los vecinos lusos viniesen a repostar por el mejor precio español, ahora sucede justamente lo contrario.
De momento, no parece que las palabras del ministro hayan caído nada bien en el sector. De hecho, tras su pronunciación, vimos fuentes de establecimientos de combustible y a representantes afirmando que se está dando una imagen equivocada, y recordando a los consumidores que el margen sobre el que trabajan ellos es de solo el 10%, ya que el 90% del precio supone costes e impuestos. Es cierto que la gasolina está gravada con grandes tributos, pero también lo es que esa disciplina es idéntica en otros países de la Unión Europea. ¿Por qué en esos sí se puede bajar el precio del carburante de manera notable para el consumidor y en España no? ¿Acaso los costes e impuestos no son muy similares? Parece que la respuesta, no nos convence, menos, cuando nos toca tanto el bolsillo.
Imagen: Rafael Robles