Lo que está por pasar esta semana, y que probablemente hayas visto anunciado en todos los diarios económicos es un paso más, o mejor dicho, el paso final para intentar que Europa no caiga en su tercera gran recesión. Aunque por el período electoral en España y otros países como Grecia, los ánimos parecen otros, todos los organismos europeos están asustados por las cifras que muestran los 27. Estamos en un momento de crecimiento nulo y con una inflación negativa. Y todo ello, sumado a problemas concretos que ocurren en cada una de las naciones. Por todo esto, y porque las deudas son altas, se espera que el Banco Central Europeo compre deuda de los países singulares a partir de esta semana.
Dragui será el encargado de dar un anuncio que ya se da por hecho. La eliminación del límite al franco suizo frente al euro, la caída de los intereses en la propia Suiza, y el último movimiento que ha dado hoy Dinamarca en el mismo sentido, son preludios de lo que está por llegar. Además, la cotización del euro frente al dólar sigue en mínimos históricos. Así que hay que intentar las medidas más drásticas, sobre todo ahora, que el Tribunal Europeo ya se pronunció sobre la posibilidad de que el BCE pueda comprar deuda soberana.
En todo caso, las preocupaciones en Alemania sobre lo que está a punto de ocurrir siguen y se ha llegado a debatir en profundidad el Pacto de Estabilidad. Con Grecia a punto de celebrar unas reñidas elecciones que podrían cambiarlo todo, y con Francia e Italia presionando para que se relaje la austeridad, esta semana se podría poner otro rumbo a Europa. O al menos, marcar nuevas bases para que eso suceda, porque Alemania, al menos hasta la fecha, se ha mostrado siempre reticente y quiere una disciplina fiscal absoluta. ¿Conseguirá imponerse tras el paso del BCE? Lo veremos…
Imagen: INSM
