Aunque no lleva ni un año implantada en España, la plataforma que permite alquilar un coche con conductor y que ha desatado la polémica en el mundo del taxi se ha visto abocada a un cierre temporal. La ya conocida Uber tenía sobre sí misma una orden judicial que le impedía seguir actuando dentro de España. Sin embargo, tras la sentencia, la compañía no dio muestras de pretender seguir la decisión del juez. Fue unos días más tarde en los que se pronunciaba anunciando el cierre temporal de Uber en España por querer cumplir con la ley.
Un intento por ser legal
En realidad el cierre de Uber en España es una cuestión de mantener las apariencias. Todos sabemos que la actividad que lleva a cabo Uber no solamente es competencia desleal para los taxistas, que deben seguir unas normas fiscales bastante complejas y que además necesitan una licencia para operar en las localidades en las que están inscritos; se trata también de un negocio que esclaviza. Todos los que trabajan para la empresa no cotizan, ni pagan sus impuestos como cualquier trabajador. Están trabajando en negro y además, eliminando puestos de trabajo que podrían formar parte de la economía real.
A Uber no le ha quedado otra que echar el cierre, un cierre que ellos califican de temporal en España. Y es que de seguir existiendo y funcionando, no solamente se expondrían a un desacato judicial, sino a un empeoramiento de su ya mala imagen en el resto de los mercados. Las protestas contra Uber y algunos incidentes violentos no solo han ocurrido dentro de nuestras fronteras y en Europa se han dado también casos similares. ¿Cómo afrontará Uber el 2015? No lo sabemos, pero esperemos que sea convirtiendo su innovadora idea en un servicio legal en el que se paguen los mismos impuestos que en otras profesiones similares.
Imagen: Viaggio Routard
