La reforma laboral ya es por todos conocida. De hecho, se ha tenido que admitir que ésta no ha servido para crear empleo, sino más bien para que el empleo se reparta dividido en puestos bastante más precarios de lo que imaginábamos. Sin embargo, no parece que las exigencias de la patronal se vayan a quedar ahí. Es más, estos días salen en la prensa noticias que nos podrían hacer pensar que viene una reforma de la reforma laboral. Y no precisamente para arreglar el desarreglo. Sino para complicarlo aún más todo.
La patronal solicita que se haga un nuevo ajuste, y que éste coincida con una exigencia bastante peculiar. Para ellos, la mejor fórmula para crear empleo sería la de la aplicación de despido libre durante el primer año de contratación, es decir, una especie de período de prueba alargado que en principio permitiría no tener que asegurar la plaza de trabajo en una situación como la actual en la que poco se puede asegurar sobre las ventas o la producción con una demanda interna mínima.
Sin embargo, no parece que la pretensión vaya demasiado acorde con eso de equilibrar los dos lados de la balanza. Al fin y al cabo, estamos aún viviendo las consecuencias de la reforma laboral que abarató los despidos y permitió muchos EREs que aún a día de hoy están siendo peleados en los tribunales. Los trabajadores siguen sin encontrar empleo, y el poco que hay se ha precarizado de manera brutal. Quizás toque buscar otras vías. Las que no afecten directamente a unos y a otros. Y a mí, sinceramente solo se me ocurre una; la fiscal.
Precisamente ésta es la que se ha convertido en clave por la reforma fiscal. Pero de momento, habrá que seguir esperando, porque vuelven a retrasarla, y ya no saldrá este viernes 13 de junio.
Imagen: jafsegal
