El doctor Otto Beishem diseñó un sistema en Ámsterdam el 31 de marzo de 1968 y con él se creó Makro, una cadena de tiendas de autoservicio de ventas al por mayor de insumos comerciales.
Actualmente forma parte del consorcio alemán Metro Group, con más de 700 tiendas abiertas en cuatro continentes.
Dentro de Metro Group hay una subcontratación con la empresa Sirta, la misma que se encarga de la explotación de los restaurantes en los centros comerciales Makro. Y esta misma es la que tiene planeado cerrar sus restaurantes en España, a pesar de que ello implique el despido inmediato de 150 trabajadores.
Esta noticia, cuya fuente ha sido Comisiones Obreras, se basa en causas productivas, alegando que hay un grave problema y se encuentran en una situación insostenible.
El plan previsto
En concreto, la empresa, que cuenta con un total de 18 locales, pretende dejar abierto un único centro en Madrid, situado en el barrio de Alcobendas, el mismo que está vinculado al chef Íñigo Lavado que “ni siquiera es el más productivo”, aun que eso suponga despedir al 94% de la plantilla, tal y como ha señalado el sindicato, que ha rechazado dicho expediente, contra el que utilizará todos los medios a su alcance para evitar que se lleve a cabo dicho plan que implica los despidos suficientes como para considerarlo con la importancia que precisa.
Causas
Lo que la empresa alude es que ha tenido lugar un descenso de la demanda y afirma en todo momento causas productivas para adecuarlas a la realidad del mercado “cuando lo que pretende es cerrar”. El sindicato ha afirmado que la firma utiliza la formula del ERE por causas productivas “únicamente” con el fin de no cumplir sus compromisos con los representantes de los trabajadores a nivel europeo y eludir la entrega de la documentación económica tanto de la empresa como del grupo que supondría presentar un expediente de cierre por causas económicas.
La compañía ha afirmado que desde el año 2008 sufre una “muy difícil situación” que se ha convertido en “insostenible”, debido principalmente a un desplome de las ventas y a la existencia de pérdidas acumuladas que hacen inviable mantener la actividad de los centros de restauración tradicionales de la compañía.
La reestructuración
Todo ello ha obligado a la compañía a realizar un proceso de reestructuración que se desarrollará respetando el procedimiento de negociación legalmente establecido y tratando de consensuar con los representantes de los trabajadores la solución más adecuada posible ante la “crítica” situación de la compañía.
La solución
Finalmente la empresa inició el pasado 17 de septiembre un periodo de consultas con los trabajadores que se cerrará el 16 de octubre, con un planteamiento inicial que consiste en indemnizar con 22 días por año trabajado a los empleados, con un máximo de 12 mensualidades.